Anna Turbau
Anna Turbau, reportera gráfica catalana comprometida con las causas sociales, logró capturar imágenes que se convirtieron en auténticos iconos de los orígenes del fotoperiodismo en Galicia en la segunda mitad de los años 70.
Anna Turbau se trasladó en 1976 de Cataluña a Galicia como colaboradora de las revistas Interviú y Primera plana en unos años difíciles para cualquier mujer que quisiera iniciarse en una profesión, hasta ese momento, cerrada al género masculino. Y tuvo que convertir las limitaciones en la clave de su trabajo, consiguiendo con su fuerza expresiva y visión personal que sus imágenes llegaran a la rotativa.
Fotógrafa reconocida, ha sido incluida en Historia de la Fotografía Española, de Publio López Mondéjar y en el reciente Diccionario de la Fotografía Española. El centro cívico Golferichs de Barcelona acogió en 2012 su exposición antológica Galicia, la Transición, años 70.
PONENCIA
Marona
Cuantas veces hemos rehuido al hacer una foto la distancia corta de nuestro propio yo.
Que en nuestro clic pongamos nuestra mirada por encima de lo divino y humano, ya sea por profesionalidad o por una suerte buscada a través de la técnica sofisticada de nuestros días, nos da la medida de nuestro poder al hacer historia de este instante.
Pero si volvemos la cámara hacia el fotógrafo, su visor nos da su propia imagen o la realidad más intima de sus sentimientos, cuesta disparar ese clic, por ser terreno demasiado conocido o quizás demasiado complejo.
Asumimos entonces la búsqueda de un mundo en que podamos sentir con sosiego los propios sentimientos, sin rubor, con templanza aunque emocionalmente sea un reto, cuando estas imágenes salen a la luz del espectador, quizás buscando el mayor conocimiento de toda la obra que a través del tiempo se realiza.
Todo lo aprendido, todos los fracasos, todos los triunfos, todo lo que nos aporta la vida lo resumimos en imágenes y las transmitimos en un contexto profesional, ideológico, cultural incluso familiar o comercial. Nuestra ambición es que el mundo nos vea, nos aplauda, nos comprenda. Somos comunicadores de todo tipo de circunstancias, con retos personales y profesionales difíciles de llevar a cabo.
El fotógrafo es escrutador del mundo que le rodea, pero cuando nos adentramos en su mundo intimo, nos adentramos en el territorio de la dura exigencia personal. Hay grandes fotógrafos que han convertido este territorio en su seña de identidad, unos lo buscan siendo lo mas explícitos posibles en escenas de la vida, otros a través de sus sentimientos familiares, otros con una búsqueda del terreno de la imagen poética.
Pero lo que es más importante, es que son verdad. El espectador conocerá en profundidad el mundo intimo del fotógrafo.
Serán imágenes sencillas o complejas, pero muy ricas en contenido. El espectador puede enriquecerse de la anécdota o del sentimiento profundo de una vivencia personal o ajena que él jamas podrá vivir en su vida.
Es comunicación en estado puro, es el tú a tú, como una conversación privada entre el fotógrafo y su leal espectador, uno por uno. Todo un privilegio, una información privilegiada.